Moján viene de Mohán

Para entrar en contexto 

Las tribus indígenas solían tener un jefe o representante que se encargaba de tomar las decisiones y llevar un determinado control de comportamiento dentro de su sociedad. En muchos casos ese jefe era denominado "Cacique", que era la figura principal en cuanto a la defensa de sus tierras y pobladores, pero al referirnos específicamente a los pueblos de agua, también existió la figura de un líder llamado "Mohán", que generalmente era ,incluso, la persona más importante dentro de su grupo tribal.

Su importancia residía en su capacidad para tratar enfermedades utilizando los recursos del medio y además su habilidad para tratar temas de índole espiritual.

Sobre la figura del mohán como personaje de la medicina y de la magia, Thania Villamizar define el concepto de ‘mohán’ y sostiene que esta figura reunía las funciones de médico, sacerdote, hechicero y a veces de jefe político. El mohán tenía una importancia social, cultural y religiosa, y era el guardián de las costumbres y creencias del grupo, por lo que era un elemento fundamental en su cohesión cultural. No solo curaba las enfermedades de los hombres, sino también las de la tierra.


Definición del término según varias fuentes

  • En las definiciones que recogen las papeletas del Fichero General de la RAE, la mayor parte señala a mohán como sinónimo de hechicero, aunque no pocas lo definen como “ser mítico”, que en algunos casos funge como protector de los campos y siembras. Hay además una referencia al uso de la voz como médico o sanador y otra como topónimo. Todas, según  Thania Villamizar, recogen el término como masculino (mohán), no obstante, es sabido por la documentación colonial que hubo mujeres “mohanas”.
  • En el Diccionario de venezolanismos (DIVE), bajo la dirección de M. J. Tejera (1993), nos encontramos con que mohán es forma en desuso, y remite a moján, vocablo definido como 1: sinónimo de piache en el occidente de Venezuela y 2: coloquial, “brujo, hechicero o curandero” en Trujillo y Falcón. 
  • En el Diccionario del habla actual de Venezuela, la voz está marcada como andinismo, zulianismo y coloquial, y está definida como “Persona que practica la brujería o la hechicería, especialmente para sanar enfermos o como parte de un ritual de ciertas culturas indígenas”.
  • En el Glosario de voces indígenas de L. Alvarado, también está recogido el término con la forma moján, el cual define el autor como “hechicero, brujo” y “médico santero”.


Choque de dos mundos

Como se ha dicho, los indígenas tenían sus propias creencias espirituales, por lo que la llegada de los españoles significó una afrenta y una fuerte estocada en contra de su cosmovisión.

La reducción trágica de la población indígena, a través de asesinatos, allanamientos, emboscadas y tráfico de personas para venderlas como esclavos causó una fractura en el desarrollo de las creencias de esa población, sobre todo la figura del mohán, que al tener funciones de médico, sacerdote, hechicero y a veces de jefe político, fue considerado como un obstáculo para la propagación del cristianismo y el sometimiento de la población indígena. Asimismo, hay que tomar en cuenta que debido a que la medicina europea de la época era incipiente y todavía tenía raíces mágicas, no solo los indígenas temían la acción del mohán, los españoles también.

En su estudio sobre la magia en la región neogranadina, Diana Ceballos sostiene que las políticas coloniales obedecían a la tendencia europea de cristianización de las clases populares y por ello buscaban el exterminio de sus creencias; sin embargo, en la cultura popular continuaron floreciendo las prácticas hechicerescas, por lo que fueron perseguidas sobre todo a comienzos del siglo XVII, cuando se publicaron en Logroño nuevas instrucciones que regulaban los procedimientos a seguir en estos casos. Subraya Ceballos el temor que tenían los españoles a las prácticas indígenas por las que temían ser envenenados o maleficiados, que se entiende como el “miedo al otro”. Interpreta las figuras de los brujos, hechiceros, curanderos, etc., como arquetipos culturales, lo cual explica el choque entre las visiones étnicas acerca de temas como la magia, la religión y la medicina que se consideraron delitos en el derecho de la época.

Hay una conjunción de creencias culturales, en el sentido de que los españoles se apropian del léxico indígena y de sus conceptos. Sin embargo, esta apropiación es superficial, pues solo conocen la forma de la palabra que aplican a un concepto existente, con lo cual ‘mohán’ se considera igual a ‘hechicero’. Pero con ello adjudican a la voz indígena, sin conocer el sistema semiótico en que se inserta, el significado y el sentido de la palabra hispánica. Es decir que mohán pasa a integrar el sistema semiótico de la brujería europea, con la carga antirreligiosa y herética, y deja de lado la carga que tiene en el sistema semiótico nativo, que es de sanador y posiblemente de sacerdote. En palabras de Emmanuel Amodio, los conceptos provenientes del mundo de la inquisición se traspasan al contexto americano aunque forzosamente, casi torciéndose para adaptarse a los nuevos hechos.

El mohán indígena se convierte con ello en delincuente, porque tiene funciones ilícitas en la sociedad colonial rural y cae en desgracia no solo en la apreciación de la población blanca, sino también en la indígena que le tiene miedo. 

En cuanto a la aparente oposición mohán-indio médico, el primero tenía en las antiguas tradiciones indígenas, en tanto que sacerdote y líder espiritual, el control de la naturaleza, por lo cual poseía el poder de hacer tanto el bien como el mal. Con la conquista y colonización española, esta doble condición se pierde y el término sufre entonces un proceso de desemantización (según Greimas y Courtés) de modo que fue usado solamente para designar a la persona que hace daño, acomodándose así a la ideología española dominante. De allí la contraposición de la figura del mohán a la del indio médico, que sana y remedia los males.


Incidencia en El Moján

A pesar de las persecuciones e intentos de erradicación de las creencias espirituales de los mohanes, las personas siguieron pasando sus conocimientos a las nuevas generaciones. Tanto reconocimiento tenían los mohanes que incluso hubo uno que gozaba de gran popularidad y que con el tiempo se daría nombre a nuestro pueblo por la referencia de este personaje.  

El diario marabino La Verdad, indica en la página A4 de su edición del 6 de septiembre de 2009 textualmente lo siguiente: Los «mohanes» eran unos curanderos con prácticas de brujos que hacían las veces de médicos cuando llegaron los españoles. En nuestro lago de Maracaibo hubo uno que gozó de tanta fama, tanto es así, que las tribus vecinas acudían a él. Este señor vivía en un palafito y por su nombre fue bautizado el sitio: «El Moján». Y todavía así se conoce a la capital del municipio Mara.


Vigencia a través del tiempo

Aunque "Moján" derivara de la castellanización de "Mohán", aunque se trató de eliminar la existencia de los mohanes, y aunque se ha pretendido ocultar el origen del nombre de El Moján, se hace evidente que ha sido tan fuertemente arraigado a la población, que actualmente la capital del municipio Mara se llama San Rafael de El Moján. Esto demuestra la influencia cultural que ejerció la figura del Mohán en la población, puesto que una de las intenciones al bautizar lugares con nombres bíblicos y de santos era precisamente eliminar de la memoria popular lo que contraviniera las creencias religiosas de la clase dominante.



Fuentes:

Los mohanes como protagonistas del tercer espacio: Análisis de un juicio por hechicería en la Mérida del siglo XVII. Alexandra Álvarez, Enrique Obediente y Elvira Ramos.

https://es.wikipedia.org/wiki/San_Rafael_de_El_Moj%C3%A1n

http://www.nazaret.soluzione-web.it/venezuela/mojan/historia.htm

Comentarios

Entradas populares de este blog

Origen de la parroquia San Rafael "de El Moján"

Los Símbolos Marenses

Origen del territorio Mara