Formación poblacional del territorio Mara

Antecedentes

Hasta mediados del siglo XIX el territorio de la Guajira tiene como principal núcleo del poblamiento criollo a la villa de Sinamaica. Su movimiento se extendía hasta las riberas de las lagunas de Parauje, Sinamaica y Aliles, subiendo con exploraciones ocasionales de ganado hasta el paraje de Turbio de Malena distante unas seis leguas al noroeste de Sinamaica. Desde finales del siglo anterior se encontraban bajo su influencia los reductos de Payjana y El Moján:

(…) el reducto de Payjana para contener a los indios salvajes Guajiros, que no obstante el destacamento de Sinamaica, acostumbraban antes a introducirse y perjudicar no poco lo interior, y fue el origen porque se estableció este fuerte en el caño de su nombre; habiéndose también construido otro fortín hacia la ciudad, llamado Moján, para el mismo fin.

La población criolla concentrada en los pueblos de Sinamaica, Payjana y El Moján llegaba a unos 3.000 habitantes. Se practicaba la comunicación microrregional por la laguna de Sinamaica y río Socuy con Maracaibo mediante la navegación por piraguas. Un pequeño establecimiento en Puerto Guerrero, situado a unas seis millas, tiene una singular importancia estratégica para el paso hacia Sinamaica debido a su condición de principal puerto de cabotaje en el camino que comunica el territorio guajiro con Maracaibo.

 

 Ocupación del territorio mediante estrategias gubernamentales

La continuación de los movimientos colonizadores espontáneos en las márgenes del río Limón, acompañada por la consolidación de hatos agrícolas y pecuarios y un mayor poblamiento militar como resultado de las estrategias de dominación emprendidas por el Estado venezolano para fortalecer su presencia y control sobre el territorio guajiro conllevará a la consolidación de otro asentamiento hacia la ribera izquierda del río Limón en torno al cual se concentrara la mayor parte de dicha población criolla, como es el caso de la villa de San Rafael. Varios fueron los factores que incidieron en este proceso: el establecimiento de fortificaciones, asentamientos y la ocupación criolla de las riberas del río Limón y piedemonte de los Montes de Oca además de la reducción, sedentarización y civilización de algunos indígenas. De forma que, durante la segunda mitad del siglo XIX, en la Guajira se afianzarán dos grandes comarcas separadas entre si por la naturaleza: la villa de Sinamaica, enclave comercial y pecuario, cuyo influjo se proyectará sobre los caseríos, espacios rurales y áreas sin roturar del extremo norte del río Limón; y la villa. Dichas comarcas conformarán durante la segunda mitad del siglo XIX dos microrregiones claramente diferenciadas debido a que sus respectivos ámbitos geográficos coinciden con un destino productivo característico y predominante, dentro del cual existen expresiones de establecimientos de población intercomunicados entre sí. Sus fronteras vivas son identificadas localmente y su ámbito microrregional tiene un definido desarrollo histórico, marcado por una vocación productiva y rasgos dominantes en el comportamiento geo-social.

Conforme se logró la sedentarización de grupos indígenas y el establecimiento de asentamientos y guarniciones bajo el influjo militar, comercial, judicial, eclesiástico y policial de los principales núcleos de poblamiento criollo microrregionales de la Guajira durante la segunda mitad del siglo XIX (las villas de Sinamaica y San Rafael), se logró afianzar [el] avance del control del Estado venezolano sobre el territorio guajiro y su incorporación formal al proceso poblacional del país.

 

Villa San Rafael

Para la segunda mitad del siglo XIX el núcleo del poblamiento de la microrregión San Rafael se ha consolidado en la villa de San Rafael, la cual albergará junto a sus caseríos la mayor parte de la población criolla en el territorio guajiro. En el año 1873 entre la villa de San Rafael y caseríos próximos se repartían 2.935 habitantes, de los 5.539 que conformaban la población criolla del territorio guajiro. En el año 1881 la microrregión de San Rafael concentrará 4.477 de los 6.998 que conforman el poblamiento criollo.

Para la década de 1870 esta villa cuenta con 96 casas y todos los edificios públicos se reparten en una plaza y cinco calles:

Esta villa está situada á orillas del lago, lo que le da un aspecto pintoresco por su posición frente a la Isla de Toas, en medio de palmeras y de los hatos o casa de campo que la rodean. Sus casas están cubiertas de enea con excepción de la iglesia, y la que hoy se construye para la casa municipal; en sus calles hay grandes arenales, lo que hace que su temperatura en el día sea fuerte.

En sus entornos prosperaban crianzas de ganado menor y se produjo un poblamiento agrícola espontáneo en tierras baldías, llegando a establecerse un aproximado de cincuenta explotaciones repartidas en Santa Cruz, Salina Rica, Alto del Eneal, Quemados, Palmarejo, Campo Elías, Cañada de Fóruche, Campo Alegre, Cerrito de San Andrés y otros lugares. Se beneficiaban también por los tráficos del camino que une Santa Teresa con Maracaibo, el cual se encontraba totalmente habilitado entre Puerto Guerrero y aquel establecimiento militar en el año 1874, aunque es bueno acotar que el camino entre San Rafael y Maracaibo se encontraba habilitado desde 1844 cuando por orden del Gobierno y con el auxilio del subsidio personal fue culminado, teniendo también esta villa un pequeño y rudimentario puerto en el río Limón llamado “Puerto de Mono”.

La frontera agrícola del poblamiento criollo marabino avanza hasta las riberas del río Limón. Aquí proliferan pequeñas explotaciones de cultivos de café, plátanos, maíz y frutos menores, además de cocales. A ambas márgenes del río se consolidó un singular tipo de poblamiento, con viviendas construidas en las barrancas fluviales. Persistía además un conjunto de viviendas palafíticas de indígenas en el ensanchamiento del cauce de este río Limón al sur de Sinamaica, que formaba la laguna de Sinamaica.

Para el año 1928, la villa San Rafael de El Moján estaría consolidada y contaría con unos 6.884 habitantes, 1.155 casas, calles petrolizadas, aceras, muelle y malecón, alumbrado público y servicio eléctrico, correos, telégrafos, teléfono y edificios públicos como la casa municipal, la Iglesia parroquial, el cementerio y el matadero público.

 

Influencia de la inmigración

Además de la ocupación del territorio por parte de los indígenas y los criollos, la llegada de personas extranjeras, propia de las incursiones desde la época de la conquista y luego con el asentamiento de grupos que buscaban en Venezuela una mejor opción de desarrollo de vida, la formación poblacional del territorio Mara se fue haciendo cada vez más variada. De esta manera se observa cómo ha venido cambiando el fenotipo de las nuevas generaciones, que probablemente se verán influenciadas por el mismo fenómeno del mestizaje, adoptando, modificando y eliminando costumbres, y que aportarán nuevas características a las costumbres y tradiciones establecidas en nuestra región marense.

 

Fuentes:

Poblamiento criollo y microrregiones en la Guajira durante la segunda mitad del siglo XIX. Pablo Nigal Palmar Paz

Destrucción de la primera plaza Bolívar de San Rafael de El Moján (1975-1977). Pablo Nigal Palmar Paz

Territorio y fronteras interiores de la Guajira durante el guzmanato (1870-1891). Pablo Nigal Palmar Paz

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